“Sólo queríamos hacer desfiguros”, nos platicaba  Luis Pablo Castro “El palillo”, uno de los fundadores de los Entremeses Cervantinos y un gran amigo. Continuaba: “Nunca nos imaginamos que iba a llegar a tanto, ni Armando (Olivares), Eugenio (Trueba ) Enrique (Ruelas), Benny (Smith), ni todos los demás. Eso sí, pusimos, cada uno,  con  gran entusiasmo todo lo que podíamos”.

Así fue y la historia a sesenta y cinco años, demuestra que sembraron en buena tierra y bajo el cobijo de nuestra universidad, la Universidad de Guanajuato, esa semilla germinó. Generaciones y generaciones de sus estudiantes, académicos, personal administrativo y desde luego,  la sociedad en general, hicieron  posible esta trascendental experiencia artística.

Trascendental por muchas razones, lo es, no sólo por lo que ha significado para todos y cada uno de quienes hemos participado como una experiencia de vida y de formación integral, para nuestra institución, sino también por todo lo que ha representado para esta ciudad, el Estado y el país, al originar, a veinte años de su fundación, un evento cultural que además de servir como un escaparate esencial para otros grupos artísticos de nuestra casa de estudios (BAFUG, OSUG, Coro Universitario, etc.), cuya presencia universitaria ha seguido incrementándose  año con año, en él, han participado miles de artistas de todas partes del mundo, el Festival Internacional Cervantino.

Pues sí, solo querían hacer desfiguros, pero cuando estos “desfiguros”, se hacen con todo entusiasmo, gusto, entrega, originalidad, en un escenario natural, en un Guanajuato muy distinto ciertamente, pero siempre con el apoyo institucional, con la verdad que da el conocimiento, resultan en ocasiones, como es el caso, de gran trascendencia.

Por todo ello, nos sentimos muy orgullosos de pertenecer a este grupo artístico, de su ayer y de su hoy, confiados en su mañana porque seguimos con ese mismo, empeño, cuidado, entusiasmo, entrega y respeto por todo lo que representa. Gracias colmena universitaria.

Hugo J. Gamba Briones